“A la Biblia le creo todo, fuera de la Biblia no creo nada”
INTRODUCCIÓN: Hace poco celebramos los 492 años de la Reforma de la Iglesia. Martín Lutero el 31 de Octubre de 1517, clavó en las puertas de la Iglesia de Wittenberg, las 95 tesis cuyo resumen más exacto es: La Iglesia de Cristo debe regresar a la Biblia y desechar toda doctrina y práctica que sea contrario a lo que Dios dice en su Palabra.
Curiosamente, dos meses atrás, una organización religiosa, autodenominada Iglesia Luterana en América, decidió, en dividida votación, incorporar al ministerio público a hombres y mujeres declarados abiertamente homosexuales, lo que contrasta con lo que, sobre el tema, Dios enseña en su Palabra. Lo que contrasta además con la pureza doctrinal y bíblica que caracterizó la vida del Reformador Lutero.
¿Qué está pasando? Podemos ofrecer varias respuestas a esta pregunta, sin embargo tomo, a la luz del texto del evangelio según San Juan, una frase de nuestro Señor encaja con esta decisión de los mal llamados luteranos: Juan 8 34Jesús les respondió: —De cierto, de cierto les digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado.
En este día, no para reivindicar a Lutero, mucho menos para defender a Dios, sino por la misión que tiene todo ministro del Evangelio, expondré la razón por la cual, en esta iglesia, seguimos creyendo, enseñando y confesando que la Biblia es nuestra única norma de fe, práctica y doctrina.
1.- POR LA BIBLIA DIOS NOS HACE SUS DISCÍPULOS. Jn. 8:31
31Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: —Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos.
A. Debemos comenzar señalando algunos puntos:
(1) El Señor está hablando con judíos, fariseos, algunos de ellos inicialmente creyeron en Jesús. Pero su fe era muy débil, de hecho vemos que algunos, quienes inicialmente siguieron a Jesús, volvieron atrás: por razones legalistas, por rechazar la idea de un Mesías que se sacrificaría, porque Jesús no era el Mesías político que ellos esperaban.
(2) También es de notar el uso de la palabra πεπιστευκότας, cuya raíz es pisteúo, usado en tiempo perfecto pasado, por lo que es correcto traducirlo como los que una vez creyeron.
(3) La evidencia de que cayeron de la gracia, se apartaron de la fe está en lo que hacen: Gloriarse en ser hijos de Abraham (8:33), Acusar a Jesús de samaritano endemoniado (8:48), Trataron de matar al Señor (8:59).
B. Seguidamente debemos enfocarnos en tres palabras claves: Permanecer, Palabra, Discípulo.
El Señor nos dice: —Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos.
¿Cómo recibimos la fe? Por oír la Palabra de Dios. El Señor usa su Palabra para hacernos sus discípulos, creyentes, hijos de Dios.
¿Cómo Dios nos mantiene en la fe? Permaneciendo fieles a Su Palabra. Es necesario enfocar nuestra atención en lo que implica permanecer en la palabra de Cristo:
(1) Aceptar como fiel la Palabra de Dios y no interpretarla a la luz de la razón o lógica humana, tampoco tratar de ajustarla a los tiempos o ritmos de la sociedad. La humanidad debe sujetarse a lo que Dios dice, no la Palabra de Dios adaptarse a los pensamientos humanos.
(2) Aceptar la Palabra de Dios no es una decisión mental. Se trata de creer que todo lo que Jesús hizo y enseñó es la verdad. El me hizo su discípulo para proclamar y vivir conforme a su verdad, no a mi verdad.
(3) Por la Palabra sé que soy Hijo de Dios, que Cristo está en mi corazón, y yo vivo para él. Cristo me hizo, por gracia de Dios, un discípulo, y mi relación con mi Maestro es por fe.
No importa como te hagas llamar, ni el letrero que hay en la entrada del lugar donde te reúnes. Si no permanecemos en la Palabra, en la enseñanza de Cristo, no somos de Él.
2. EN LA BIBLIA DIOS REVELA LA VERDAD. Jn. 8:32
32 y conocerán la verdad y la verdad les hará libres.
Al permanecer en la Palabra, en la enseñanza de Cristo, somos llevados por el Espíritu Santo, a confesar con nuestra boca y creer en nuestro corazón que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.
A. De nuevo encontramos tres palabras claves: Conocimiento. Verdad. Libertad:
(1) Conocimiento. Es Dios quien se expresa por su Palabra. El conocimiento tiene como fuente a Dios. Este conocimiento no es el resultado de una conclusión intelectual o académica, es la acción del Espíritu Santo que, por la Palabra, nos lleva a Cristo. Conocemos la verdad de Dios, la creemos y somos unidos a Dios.
(2) Verdad. La sociedad hoy día ha llegado a la conclusión de que la verdad siempre es relativa.
(a) Cada quien es dueño de su propia verdad. Por ejemplo, sin un grupo se pone de acuerdo sobre cualquier punto, eso lo hace verdad.
(b) Si lo que se cree como verdad es útil, entonces es verdad, aunque no pueda ser probado.
(c) La verdad está sujeta al proceso de la historia.
La verdad, desde el punto de vista de Dios, no está sujeta a acuerdos humanos, mucho menos a pragmatismos sociales y claro está, la verdad de Dios, es como él no cambia.
(3) Libertad. Soy libre quiere decir que no soy esclavo.
B. Dios habla mediante de la Sagrada Escritura, por medio de ello se revela, me dice como es él y como soy yo. Dios me muestra que marcho por la ruta equivocada y, aunque mi intelecto, me indique que hago lo correcto, el final es la muerte. La verdad de Dios, por ser absoluta, me presenta a Jesucristo Salvador, su obra, su muerte por mis pecados. El Señor entonces me da la fe, y por la fe, soy hecho libre por Jesucristo. Esta declaración de fe, me ha sido dada por la Palabra de Dios, “Tu palabra es verdad, tus palabras son verdad y son vida”.
De esta verdad predicó Lutero, porque la verdad de la Palabra de Dios impactó y cambió su vida, al punto que dijo:
“No me importan lo que digan papas, cardenales, obispos, príncipes. Mi mente está cautiva por la Palabra de Dios y a menos que por ella me convenzan de que estoy equivocado (no estoy en la verdad), no quiero, ni puedo, ni debo renunciar a lo que creo. Que Dios me ayude. Amén”.
3. EN LA BIBLIA DIOS DECLARA LIBERTAD, Jn. 8: 36
36Así que, si el Hijo les da libertad, serán verdaderamente libres.
¿Qué hizo Jesucristo por toda la humanidad?
Darnos la libertad, pero no la libertad para practicar el pecado, porque eso es ser esclavo del pecado. Tampoco la libertad para hacer marchas, formar sindicatos, porque la libertad en Cristo es más trascendente que un aumento salarial o una reforma en las leyes de inmigración. El Evangelio está hablando no de libertades civiles, pasajeras, relativas, por el contrario afirma: verdaderamente libres
El evangelio, la potencia de Dios para salvación, nos anuncia que Cristo nos hizo libres: Del pecado y su consecuencia que es la muerte. Somos libres para servir, adorar, glorificar a Dios y exponer su Palabra. Somos libres porque pasamos de hijos del mundo, del diablo y de la naturaleza perdida, a ser hechos hijos de Dios y herederos, con Cristo, de todas las riquezas celestiales.
Todo, todo, absolutamente todo, de principio a fin, es por la fe, un regalo de Dios, quien desea que nadie se pierda, sino que todos seamos salvados, libres por su gracia, amor y misericordia.
Esa es la libertad que Dios declara en su Palabra a todo el mundo.
CONCLUSIÓN:
San Pablo, hablando de parte de Dios dijo: "… hay algunos que quieren adulterar el evangelio de Cristo. Pero si nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia un evangelio diferente, sea puesto bajo maldición.” Gál. 1. 6-9. No debemos fijarnos en los alias, en los avisos que estén en el frente, puede decir Iglesia, puede llamarse Iglesia de Cristo, luterana mil veces, sino predica, enseña y confiesa lo que dice la Biblia, no es discípulo de Cristo, ha despreciado la verdad y es esclavo del error.
Para nosotros, cristianos confesionales, la Palabra de Dios es suficiente para conocer a Dios, creer que Cristo es la fuente de la salvación, que somos sus discípulos y nos concede, en gracia, por la fe, ser Hijos de Dios. Solo Scriptura, como lo fue en el siglo XVI, sigue siendo, no un lema o una consigna fría, sino una confesión que resumimos diciendo: Dentro de la Biblia lo creemos todo, fuera de la Biblia no creemos nada. Que Dios nos ayude. Amén